muestra varias partes de la vida de San Pablo, encontradas en las Actas de los Apóstoles. En el centro arriba se ve San Pablo, apoyado sobre una espada, mostrando la manera en que murió, decapitado. Debajo de eso se ve el momento en que Pablo (en ese entonces conocido como Saulo) fue testigo de la muerte de Esteban, apedreado por ser seguidor de Cristo (Hechos 7). Después, debajo de eso, se ve el momento en que Saulo se convirtió en cristiano en el camino a Damasco, tras escuchar la voz de Dios diciéndole “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:1-7). Luego, el dibujo más bajo en el centro muestra a Pablo predicando en Damasco (Hechos 9:20).
La biblia cuenta que Jesús y sus discípulos estaban en un barco en el lago, cuando se levantó una tormenta tremenda. Jesús estaba durmiendo pero sus discípulos le despertaron con mucho miedo. Más Él se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y el mar se calmó por completo.
Simeón era un hombre muy devoto, y Dios le había dicho que no moriría sin haber visto al “Mesías”, quien salvaría al pueblo de Dios. Simeón fue dirigido por el Espíritu de Dios a entrar al Templo. María y José habían traído a Jesús, su primer hijo, para presentarlo a Dios en el templo en Jerusalén. Cuando Simeón vio al niño, lo tomó en sus brazos y alabó a Dios. Sus palabras demostraron que había reconocido a Jesús como el Mesías que esperaba. Simeón lleva un sombrero parecido a la mitra de un obispo. Pueden verse aureolas alrededor de las cabezas de las figuras.
Esta es una historia del Viejo Testamento. Los Israelitas luchaban con los Filisteos. El campeón del los Filisteos era un hombre inmenso de nombre Goliat, quien desafió a los Israelitas a enviar a un hombre para pelear con él. Nadie se atrevía, hasta que un niño de nombre David ofreció pelear con Goliat. Confiaba en que Dios lo protegería. Llevaba una honda y cinco piedras pequeñas. Goliat se burló de David, pero David le contestó que el Señor Dios lo ayudaría a vencer a Goliat. Tomó una piedra, la colocó en su honda y la lanzó. La piedra salió volando y golpeó a Goliat en la frente, fracturando su cráneo. ¡El enemigo había fallecido! Luego David tomó la espada de Goliat y lo descabezó.
Sin firma visible: posible atribución a Lavers & Westlake
Cuando Jesús iba caminando vio al no vidente y decidió sanarlo. Jesús hizo lodo escupiendo al suelo y mezclando su saliva con la tierra. Luego con el lodo untó los ojos del ciego y lo mandó a lavarse en el estanque de Siloé. El hombre hizo lo que Jesús le indicó y de ahí en adelante pudo ver. Esta es una de las muchas sanaciones milagrosas realizadas por Jesús.
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Juan había estado predicando sobre la necesidad del arrepentimiento de los pecados. Él bautizó a numerosas personas en el río Jordán, incluyendo a Jesús. Cuando salía del agua, el Espíritu de Dios descendió sobre Jesús en la forma de una paloma, y una voz del cielo le dijo, “Este es mi Hijo; estoy muy complacido con Él”.
Es más que probable que Juan se quedaría de pie en el río, y el pueblo, incluyendo Jesús, serían bautizados sumergiéndolos en el agua. En el vitral parece que Juan vierte agua sobre Jesús. Juan carga una cruz, un símbolo para mostrar cómo fallecería Jesús. Las palabras “Ecce agnus dei” significan “He aquí el cordero de Dios” (ver Juan 1:29 y 36). Los judíos acostumbraban sacrificar un cordero a Dios, para así expiar sus pecados. Jesús fue “sacrificado” en la cruz, de una vez por todas, y es Él quien quita los pecados de quienes se arrepienten y creen en Él. Ya no necesitamos sacrificar un cordero. Alrededor del vitral se ven símbolos de la trinidad.
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Pedro, a quien llamamos San Pedro, fue uno de los doce discípulos de Jesús. A sus discípulos Jesús les preguntó, “¿Quién dicen que soy Yo?” Pedro respondió, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Era una tremenda declaración de fe. Jesús le dijo a Pedro, “Te daré las llaves del reino de los cielos”, de aquí las llaves en el vitral. Pedro llegó a ser uno de los fundadores de la iglesia cristiana después de la muerte de Jesús y su resurrección.
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Saúl era un judío que perseguía a los primeros cristianos, hasta su conversión milagrosa en el camino a Damasco, cuando cambió completamente y empezó a enseñar sobre Jesús. Los seguidores de Jesús sospechaban de Saúl, pero Bernabé lo buscó y lo llevó a los líderes, explicando lo que le había pasado. Saúl, quien tomó el nombre de Pablo después de su conversión, fue uno de los maestros más grandes en la iglesia cristiana primitiva. Él fue la persona cuyo nombre fue dado a la iglesia St Paul.
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Estas tres ventanas fueron donadas por Thomas Woodsend y su esposa Isabel en mayo 1896. La tradición oral de los descendientes de las familias británicas de Valparaíso cuenta que este grupo de vitrales recuerda la historia de Thomas Woodsend y su familia. Thomas se casó con Mary Jane Moyna que luego de tres embarazos consecutivos perdió sus bebes. Los tres pequeños están enterrados en el cementerio de disidentes de Valparaíso. Mary Jane logró tener dos hijas y se fue con su marido a La Paz, Bolivia, siguiendo los consejos médicos para sanar una neumonía de la que no se mejoraba. Murió y su viudo trajo su cuerpo embalsamado de regreso a Chile. La hizo enterrar junto a sus hijos. Thomas Woodsend volvió a Inglaterra y volvió a casarse. Su segunda esposa dio a luz, trillizos, que desgraciadamente también fallecieron.
Sin firma visible: ninguna documentación hace posible aventurar una atribución por el momento.
San Jorge es el santo patrono de Inglaterra y de algunos otros países. Poca información sobre su vida ha resultado ser comprobable, pero se cree que fue un soldado romano cristiano que fue ejecutado porque se negó a abandonar su fe. Aquí lleva laureles en la cabeza, que simboliza la victoria. Se ve la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia y el treból de Irlanda. San Jorge posa su pie sobre el dragón vencido. La inscripción dice “Nemo me impune lacessit”, que significa “Nadie me ofende impunemente”. En la filacteria se lee “Dulcem et decorum est pro patria mori” que se traduce como “Es dulce y glorioso morir por su patria”.
Una leyenda antigua indica que San Jorge dio muerte a un dragón para salvar a una joven que había sido entregada al dragón como sacrificio.
Sin firma visible: posible atribución al taller de Percy Bacon o Percy Bacon & Brothers, 1920.
San Juan sujeta un libro, un tintero y una pluma, simbolizando su escritura del evangelio. A su lado aparece un águila, que simboliza la palabra de Dios, y a menudo era utilizado para simbolizar a San Juan en el arte religiosa. Hay quienes dicen que ello se debe a las alturas que él alcanza en el capítulo 1 de su evangelio.
Sin firma visible: no se dispone de ninguna documentación para sostener las hipótesis de atribución.
La gente trajo niños chicos a que Jesús los tocara, lo que no gustó a sus discípulos. Jesús se enojó con los discípulos, y les dijo que permitieran a los niños acercarse. Los tomó en sus brazos y los bendijo.
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En la transfiguración (ver Mateo 17:1-8)
Jesús lleva a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan a la cima de un alto monte donde ven un cambio en su apariencia, con su rostro brillante y su vestimenta de una blancura deslumbrante. Ahí Moisés, con la tableta de la ley, y Elías, las máximas figuras del Antiguo Testamento, se unieron a Él, y conversaron con Él. La voz de Dios declaró, “Este es mi Hijo amado”. En la ventana Moisés aparece a la izquierda de Jesús, y Elías a su derecha.
La resurrección se muestra en la mitad inferior de la ventana. (Ver los últimos capítulos de los cuatro evangelios.) Después de la muerte de Jesús en la cruz, al tercer día, la tumba se encontró vacía y Jesús apareció ante sus discípulos. Nosotros celebramos la resurrección de Jesús el día domingo de resurrección de cada año, el día más importante del año cristiano.
Tres de los evangelios mencionan mujeres rodeando la cruz de Jesús. El evangelio de Juan indica tres mujeres de pie en la cercanía, todas de nombre María: su madre, María la mujer de Clopás, y María Magdalena. María la madre de Jesús tradicionalmente aparece vestida de azul. La mujer de pelo largo es probable que sea María Magdalena.
El discípulo Juan también se encontraba al lado de la cruz, y el evangelio de Juan indica como Jesús, viendo a su madre ahí con Juan, le dijo, “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. A Juan le dijo, “Aquí está tu madre.” Nos dicen que de ahí en adelante Juan recibió a María en su propio hogar.
Vemos a Jesús con un cordero en brazos. Él dijo, “Yo soy el buen pastor”, diciéndonos que el buen pastor da su vida por el cordero. Así lo hizo cuando murió en la cruz, dando su vida por todos sus seguidores, sus corderos. Aquello es un tremendo retrato del amor que Dios siente por nosotros.
En los tiempos de Jesús, el pastor conducía a los corderos; los llamaba y le seguían. Ello nos recuerda que debemos escuchar la voz de Jesús y seguirlo.
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Imágenes : Espacio Transparente